Háblale a la Luna

En Norteamérica ha habido gran cantidad de tribus indígenas. Hoy nos detendremos a hablar de un pueblo que fue guerrero, nómada y muy orgulloso. Tenían una gran facilidad para adaptarse a los cambios y existe la certeza, que supieron mezclarse con diferentes culturas, tratando de sobrevivir. Nos referimos al pueblo Navajo. Lucharon contra los descubridores españoles desde 1.582. Se enfrentaron a mejicanos, a otras tribus sedentarias y a los colonos angloamericanos. Ellos se denominaban a si mismo como "diné", que traducido sería: los seres humanos o pueblo y llamaban a los extranjeros "awaunageesuck" que significa: los extraños.
     Los Navajos son originarios de Canadá y emigraron a Arizona hallá por el siglo XIII. De su contacto con los religiosos españoles, aprendieron el pastoreo y a trabajar la plata y las piedras preciosas.
     En 1.866 fueron sometidos por el ejercito confederado, cuando capturaron a su último jefe "Manuelito", al que obligaron junto a su pueblo, a sumarse a lo que se conoce en la historia, como la "Larga Marcha de los Navajos", por la que abandonaban sus tierras ancestrales y se dirigían, flanqueados por el ejercito, a la reserva "Bosque Redondo" en Fort Summer (Nuevo Méjico).
     En esta fecha es donde se inicia la leyenda que hoy narramos.
     Un joven guerrero llamado "Águila Negra", se erige en líder de los Navajo que no admiten vivir en una reserva. Se le suman un gran número de guerreros y mujeres jóvenes y se dirigen a la meseta de Colorado. Allí, en una planicie cercana al "Pico Humpheys" (3.862 metros de altitud), punto más alto de Arizona, establecieron su campamento y durante muchas décadas se mantuvieron ocultos del hombre blanco.
     Por su capacidad de percibir los olores más insignificantes. Por su agudo sentido del oído y una lealtad que les haría escribir páginas de la historia de los Estados Unidos en la segunda guerra mundial, comenzaron a llamarse entre ellos "la tribu de los hombres perro".
     Cuando este pueblo, recibía un nuevo vástago o moría algún miembro de la tribu, era costumbre que el primer día de luna llena, el sujeto con mayor ascendencia de cada familia, se dirigiera a una colina y le narrara a la Luna su buena nueva o la peor noticia. Lo primero era un canto armónico y repetitivo, que podía ser coreado por el resto del poblado. Lo segundo, era un encadenamiento de gritos desgarrados "lamentos", que eran escuchados en absoluto silencio por todo su pueblo y por supuesto por ella, la Luna.
     El joven jefe de este nuevo pueblo Navajo, había soñado de niño que a su muerte se convertiría en una gran águila negra, y desde las alturas protegería a su pueblo y a sus descendientes.
     En otra ocasión, hablaremos de la bella esposa de "Águila Negra", a la que el describía como "aquella mujer de cabello de fuego (rubia) y con dos inmensos ojos de un intenso color azul, a la que el bautizó como "Mirada Azul". Después de que una caravana intentara, posiblemente producto de la casualidad, acercarse a su poblado, ella fue la única superviviente. Pero esa, esa es otra historia.
     Mencionábamos antes la participación de guerreros Navajos, en la Segunda Guerra Mundial. Fueron miles los guerreros que se alistaron voluntariamente en la Armada Norteamericana. Sirvieron preferentemente en los Marines y muchos de ellos fueron condecorados, aunque hubo demasiados mandos que silenciaron inexplicablemente, la valentía de estos extraordinarios soldados.
     Su idioma, un verdadero galimatías, fue utilizado durante toda la contienda del Pacífico. Hasta el punto, que acabada la guerra, los japoneses tras su rendición, aún no habían descubierto la traducción correcta de todas las comunicaciones entre navíos norteamericanos. Este hecho ha sido recogido en multitud de ocasiones por el cine, destacando la película "Windtalkers", con Nicolas Cage como protagonista.
     Al irse infiltrando en la comunidad  de colonos angloamericanos, el pueblo Navajo ha sabido llegar a la Judicatura, al Congreso, Alcaldías, Gobernadores y demás capas de la sociedad con capacidad de influir en sus decisiones y sobre todo en las costumbres. Recordemos que una de ellas, era "hablarle a La Luna".
     Nos comentaba recientemente un gran amigo de este Blog, que el 7 de Setiembre de 2.005, perdía a un ser muy querido. Estaba sumido en una gran tristeza y una apatía casi sin límite. Pocos días más tarde, cuando viajaba en su automovil de noche y sin compañía, comenzó a sentir una opresión en el pecho y una gran tensión en la cabeza. Sin mediar reflexión alguna, apagó el equipo de música y bajó las ventanillas delanteras de ambas puertas. Gritó, gritó con fuerza. El sonido que salía de su garganta era el lamento contenido, que no podía retener por más tiempo en su interior. Sorprendido por su acción, fue minutos más tarde, cuando pudo constatar que majestuosa y serena, una inmensa Luna llena, inundaba el cielo con su luz.
     Recordamos a nuestros amigos, que mañana (jueves, 23 de Setiembre) se inicia la fase de Luna Llena. Momento propício para dirigirse a Ella y comunicarle nuestros deseos, aspiraciones y nuestros lamentos.
     Actualmente la capital de los navajos está en Window Rock, Arizona. Allí tienen un consejo de sabios y un gobierno permanente. Respetan a todos los animales de su entorno, y cuando observan un gran águila negra, realizando su majestuoso planeo, cada indio Navajo sabe en su interior, que el gran "Águila Negra" les protege de cuantos avatares la vida les ha hecho objeto.
     Saludos