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Con frecuencia, se nos presenta por los distintos medios de comunicación, noticias que dependiendo del medio, más que informar, aparentemente se trata de crear un pensamiento único. Así, por citar un ejemplo clarificador, podemos recordar como se trató el tema del Juez Garzón. La noticia, básicamente, era que iba a ser procesado por presunta prevaricación. Desde el Gobiernos del Sr. Zapatero y sus amigos subvencionados, más los medios afines, se trataba de resaltar la labor de citado Magistrado contra el terrorismo. Nada que objetar si realizó su trabajo adecuadamente. Pero, acerquemos "La Lupa" a la noticia. La cuestión que nos debe preocupar es, ¿prevaricó sí o no? La Lupa nace con el próposito de tomar cada una de aquellas noticias, sobre temas o personas especialmente relevantes, examinándola desde diversos ángulos y tratando como objetivo principal ser veraces y objetivos. A todos, bienvenidos.



lunes, 25 de octubre de 2010

La felicidad

La Real Academia Española (RAE) define felicidad como un "estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien". Sinceramente y desde nuestra ignorancia, entendemos que esta definición es cuando menos poco precisa.
     Sócrates aseguraba que la felicidad está en el conocimiento. "Solo hay un bien, el conocimiento; solo hay un mal, la ignorancia. Si piensas que la cultura es cara, pregúntate cuánto vale la ignorancia".
     Platón mantenía que "la felicidad sólo es posible en el mundo inteligible". Asimismo Aristóteles defendía que "la felicidad del hombre era la razón, o como quiera que llamemos a aquella parte de nosotros, que por naturaleza parece ser la más excelente y principal, y que está adornada por las cosas bellas y divinas; pues la razón es o algo divino o, ciertamente, lo más divino que hay en nosotros".
     Estos grandes pensadores ubican la felicidad en el contexto de la razón y la inteligencia. Sin duda no es preciso una dosis relevante de sabiduría para ser feliz, pero se requiera cuando menos, de un estado de ánimo determinado y un mínimo de inteligencia suficiente, para al tener delante de nosotros la felicidad, distinguirla.
     En cierta ocasión se le solicitó al dramaturgo Antonio Gala, que definiera tal concepto y el respondió: "La felicidad es darse cuenta que nada es demasiado importante". Posiblemente se refería al hecho de que resulta aconsejable  relativizar todo cuanto nos acontece.
     Destacando lo importante que resulta la predisposición o el estado anímico, Pascal Blaise aseguraba: "Estando siempre dispuestos a ser felices, es inevitable no serlo alguna vez".
     También hay quién añade dos ingredientes muy valiosos, la paz interior y la salud, así, Francoise Sagan explicaba: "La felicidad para mi consiste en gozar de buena salud, dormir sin miedo y despertar sin angustia".
     Cuando hablamos de felicidad a través del amor, no podemos olvidar lo que al respecto escribió Jacinto Benavente: "Creedlo, para hacernos amar no debemos preguntar nunca a quien nos ama, ¿eres feliz?, sino decirle siempre: ¡Que feliz soy!.
     Desde la premisa de una buena actitud o predisposición para ser feliz, podemos recordar lo escrito al respecto por Salomón: "El ánimo gozoso hace florida la vida, el espíritu triste, marchita los sucesos".
     Tomando la felicidad cual elixir mágico para una vida larga y plena, citaremos lo expresado por Gabriel Garcia Márquez, "No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad".
     En clave de humor, podemos recordar lo que respondió Oscar Wilde al ser preguntado sobre la felicidad: "El dinero no da la felicidad, pero procura una sensación tan parecida, que necesita un especialista muy avanzado para verificar la diferencia".
     Otra cita célebre en el mismo contexto es la de Groucho Marx: "Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas, ........un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna, ......."
     Nuestro amigo Cáncer compara la felicidad con una bella mariposa que sale volando cuando la perseguimos, pero que puede posarse a nuestro lado, si nos sentamos tranquílamente a observar.
     También nos brinda una fórmula o método para atesorar momentos de felicidad. El lo llama el "Álbum de la Felicidad". Consistiría en que cada día, antes de acostarse, rememorar que instantes de esa jornada que acaba, merecerían no olvidarse nunca. De haberlos, recordar los pequeños pero significativos detalles. A continuación, abrir un imaginario álbum y colocar en la página correspondiente, una también imaginaria fotografía de ese instante. Aconseja "ojear" con frecuencia nuestro libro y seguro que al final de nuestro trayecto, cuanto más grueso sea nuestro imaginario álbum, proporcionalmente así habremos sido de felices. Pues la felicidad sin duda no deja de ser "momentos puntuales", pero que sin la dosis necesaria de la actitud adecuada, se nos haría invisible aquella.
     Convierte la felicidad en un buen vino (visualización), procura tener siempre la copa llena (actitud adecuada) y saboréalo.
     Saludos