El día siguiente, otro titular sobre el mismo asunto: "Los jueces respaldan que lesionar a una mujer, no siempre sea violencia de género".
Tenemos el convencimiento que a la totalidad de mujeres y a todo hombre "bien nacido", les resulta indiferente como se denomine tan execrable delito. Lo que esperamos de nuestro sistema judicial es, una justicia rápida, justa y con castigos directamente proporcionales a la gravedad del delito. Así, no puede ser tratada una agresión aislada como una situación de continuas agresiones. Pero ya estamos cansados de leer en la prensa, como mujeres son asesinadas por sus parejas o exparejas y en muchos casos existían medidas dictadas por jueces, tales como alejamiento. Frecuentemente, el "animal" de turno incumple las medidas dictadas por un juez y casi siempre con alevosía y premeditación, terminan ejecutando lo que en muchos casos, habían amenazado hacer tiempo antes. Posteriormente tenemos la impresión, que al asesino o maltratador, el "sistema" lo protege más que a la víctima. De hecho, en el caso de los asesinatos, pasados unos años, el asesino termina rehaciendo su vida, pero, ¿y la víctima?
Hay un vídeo en Internet llamado..."Papi pilla a su hija desnuda ante la webcam". Es impresionante como a cada bofetada, la chica cae a uno y otro lado de su cama. Se protege la cara con ambas manos, pero la violencia de los golpes es tan brutal, que la hija parece un muñeco en las garras de una fiera salvaje. Lo verdaderamente doloroso, es que no se trata de una bofetada aislada e incontrolada, sino de una sucesión de golpes, directos a la cara que claramente no solo buscan causar dolor, más aún, humillar. Hacerla sentir que ella no es nada, solo otra propiedad de papi. Lo más descorazonador, la cara de la chica. Total aceptación del castigo. Ni pregunta cuantas bofetadas va a recibir. Serán las que decida su dueño. Esto es lo que tiene que terminar. Debe ser muy triste descubrir a tu hija adolescente, en situación tan inaceptable para un padre, pero no somos sus dueños, solo sus guias y la mayoría de las veces, suspendemos.
Está aceptado que principalmente es cuestión educacional. Pero mientras que educamos a tanto salvaje, la ley debe imperar y ser inmisericorde con los violentos.
Generaciones anteriores tenían por aceptado que el hombre era superior a la mujer. Hoy, comprobamos que no solo son iguales que nosotros, en muchos casos son superiores y eso parece difícil de asimilar por algunos.
