bienvenida

Con frecuencia, se nos presenta por los distintos medios de comunicación, noticias que dependiendo del medio, más que informar, aparentemente se trata de crear un pensamiento único. Así, por citar un ejemplo clarificador, podemos recordar como se trató el tema del Juez Garzón. La noticia, básicamente, era que iba a ser procesado por presunta prevaricación. Desde el Gobiernos del Sr. Zapatero y sus amigos subvencionados, más los medios afines, se trataba de resaltar la labor de citado Magistrado contra el terrorismo. Nada que objetar si realizó su trabajo adecuadamente. Pero, acerquemos "La Lupa" a la noticia. La cuestión que nos debe preocupar es, ¿prevaricó sí o no? La Lupa nace con el próposito de tomar cada una de aquellas noticias, sobre temas o personas especialmente relevantes, examinándola desde diversos ángulos y tratando como objetivo principal ser veraces y objetivos. A todos, bienvenidos.



domingo, 27 de febrero de 2011

Adiós, amigo Filomeno

     Una de las consecuencias de acumular cumpleaños a base de décadas, es como vemos "marchar" cada vez a ritmo más acelerado, a familiares, personas cercanas y seres queridos.
     El pasado día 22 fallecía en Córdoba, tras luchar contra una larga y penosa enfermedad Filomeno Aparicio Lobo, Abogado laboralista conocido como el "Abogado de los pobres" o el "Abogado de los trabajadores". Pero, ¿quién era realmente el Sr Aparicio?
     Filomeno nació en Sevilla, el día 23 de Agosto de 1.945. Era el sexto de siete hermanos. Hijo de Pascual Aparicio y de María Luisa Lobo. Su progenitor fue agente de Aduanas, consignatario de buques y Licenciado en Derecho, aunque nunca ejerció la Abogacía. Del año 1.947 a 1.950 ejercio la presidencia del Real Betis Balompié. Este hecho siempre era recordado por Filomeno con enorme cariño.
     Terminó el bachillerato en el Colegio Inmaculado Corazón de María-Portaceli de Sevilla. En 1.959 marchó a Madrid donde se licenciaría años más tarde, en la escuela de Derecho y Administración de Empresas Icade. En estos años compatibilizó la asistencia a algunas asignaturas en la Universidad Complutense, lo que irremediablemente le hizo empaparse en el ambiente de revelión estudiantil y las movilizaciones antifranquistas de aquella época. Hecho este que marcaría definitivamente su vocación.
     Al finalizar sus estudios, en 1.968 y agobiado por la falta de libertades que se respiraba en España, marchó dos años a Inglaterra, donde ejerció de camarero y profesor de español en un colegio de señoritas.
     Cuando regresa a Sevilla, portaba pañuelo al cuello y la barba sin la cual hoy, casi nadie le reconocería. Era un aspecto hippy que a sus padres no gustó nada. Intentaron convencerle para que se afeitara y sentara la cabeza. Le ofrecieron la posibilidad de entrar a trabajar en un banco de la ciudad hispalense, donde supùestamente tendría un futuro asegurado, un trabajo "como Dios manda". No accedió. Su vocación estaba ya bien definida. Ejercería la Abogacía y solo defendería a los trabajadores y a los pobres. Nunca representó a un empresario. Era como una declaración de principios.
     En Agosto de 1.970 acepta la oferta de incorporarse al despacho de Rafael Sarazá Padilla en Córdoba. Llevó casos tan destacados y significativos como los de "Santana", "Interhorce" o el penoso "Caso Almería".
     Fue un activo luchador por las libertades, se afilió en la década de los 70 al Partido Comunista de España. Por lo que fue detenido. Formó parte del comité provincial de citado partido y sería candidato al Congreso de los Diputados en el año 1.977, en las primeras elecciones democráticas tras la Dictadura.
     Filomeno puso en marcha la asesoría jurídica de Comisiones Obreras, en una época en la que ser sindicalista conllevaba un riesgo cierto. También perteneció a la directiva del Círculo Cultural Juan XXIII, asociación de inolvidable recuerdo, que en Córdoba ejerció una importantísima influencia antes y durante la transición, y en donde también luchó en defensa de la cultura y las libertades cívicas.
     Por educación, siempre preguntaba a clientes y compañeros, si les importaba que fumara en su propio despacho. Entonces sacaba aquellos pequeños puritos. Encendía uno con lentitud, como si fuera un ritual. Daba una calada profunda y exhalaba el humo lentamente. Parecía sentir una irresistible querencia por quién terminaría siendo su más despiadado verdugo.  
     Resultaba entrañable para quienes le conocimos y permanecerá en nuestro recuerdo y en nuestro corazón.
     Ha fallecido Filomeno Aparicio, buen Abogado y mejor persona. Sevilla y Córdoba están de luto.
     Adiós, amigo Filomeno.
     Saludos


                                                 Filomeno Aparicio Lobo